Hasta ahora eran sobras, pero han descubierto que este desecho realmente era una superalimento

Los residuos del vino de arroz filipino "tapuy" contienen compuestos que aumentaron un 72% la vida de los organismos analizados, según un estudio que abre la puerta a nuevos suplementos antienvejecimiento sostenibles

Hasta ahora eran sobras, pero han descubierto que este desecho realmente era una superalimento
Los investigadores comprobaron que estos desechos no solo alargaron la vida de los nematodos, sino que mejoraron su movilidad y extendieron su periodo fértil, convirtiendo un producto habitualmente descartado en un tesoro
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

La industria alimentaria genera toneladas de residuos que normalmente terminan en vertederos, pero la ciencia está encontrando formas de aprovechar estos desechos. Un caso destacado es el del vino de arroz filipino o "tapuy", cuyos residuos sólidos parecen contener propiedades que podrían combatir el envejecimiento, según una reciente investigación que transforma lo que antes se consideraba basura en un potencial superalimento con aplicaciones en la nutrición moderna.

Tal y como ha publicado New Atlas en su web, los desechos generados durante la producción del tapuy contienen altos niveles de polifenoles con propiedades antioxidantes. El estudio modificó el "bubod", un cultivo iniciador tradicional usado en la fermentación, para conseguir residuos con compuestos bioactivos que prolongaron significativamente la vida de los nematodos utilizados en las pruebas.

Un proceso tradicional con beneficios modernos

La clave del hallazgo está en una combinación específica de microorganismos (Rhizopus oryzae, Mucor indicus y Saccharomyces cerevisiae) que, al fermentar el arroz, produce residuos con potente actividad antioxidante. Los gusanos expuestos a estos compuestos no solo vivieron más tiempo que los del grupo de control, sino que mantuvieron mejor movilidad durante su vejez y extendieron su período reproductivo.

Esta investigación se suma a otras evidencias sobre los beneficios de las dietas ricas en compuestos bioactivos para el cerebro y abre la puerta a aprovechar subproductos tradicionalmente descartados. Para los usuarios que ya utilizan aplicaciones para mejorar sus hábitos alimenticios, este tipo de descubrimientos podrían ampliar las opciones de alimentos funcionales.

En un momento en que la tecnología revoluciona nuestra relación con la alimentación, herramientas como Samsung Food o MyFitnessPal podrían incorporar estos hallazgos en sus recomendaciones, facilitando la adopción de estos superalimentos emergentes en la dieta cotidiana.

Los investigadores advierten que, aunque los resultados en nematodos son prometedores, se necesitan más estudios para determinar si los efectos se reproducen en organismos más complejos. El próximo paso será establecer protocolos de producción estandarizados que permitan aprovechar estos residuos a mayor escala, transformando un producto de desecho en un recurso valioso para la industria alimentaria.

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