Catalunya ratifica el levantamiento de las restricciones por sequía y sitúa al Ter-Llobregat en prealerta

El Govern de Catalunya ha ratificado este martes el levantamiento de las restricciones por la sequía en los municipios que dependen del sistema Ter-Llobregat, una zona que ahora se sitúa en prealerta después de que los embalses hayan superado el 64% de su capacidad, con 394 hm3, más del doble que hace un mes.
El fin de las limitaciones estará vigente a finales de esta semana, cuando el Ejecutivo prevé su publicación en el Document Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC).
Los municipios que dependen del Ter-Llobregat tienen embalses con una capacidad de 391 hm3, más del doble que hace un mes. Esto permitirá levantar las limitaciones en el uso de agua tanto en el riego agrícola como en los caudales ambientales o usos urbanos.
También se ha aprobado que el sistema del Baix Ter vuelva a la normalidad y que el del Fluvià-Muga dé un paso en la desescalada y pase de excepcionalidad a alerta.
Con la decisión sobre el Ter-Llobregat, el Baix Ter y la zona de la Muga-Fluvià, nueve áreas de Catalunya estarán en normalidad, cinco en prealerta y cuatro en alerta. Catorce de los dieciocho ámbitos de las cuencas internas no tendrán ninguna limitación en el uso del agua.
Desde la Generalitat se ha remarcado que, pese a la desescalada, las desaladoras seguirán trabajando al 90% para optimizar el recurso almacenado en los embalses y favorecer la recarga de acuíferos como el del delta del Llobregat.
Con todo, se irán rebajando las limitaciones de uso del agua y se pone fin a una sequía que ha durado más de tres años. Las medidas fueron avanzadas por la consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat de Catalunya, Sílvia Paneque, que el pasado sábado dio una rueda de prensa en el Pantà de Sau, símbolo de esta emergencia hídrica. De hecho, sus reservas llegaron a estar al 1% y ahora llegan al 73%.
“Damos un nuevo paso en la desescalada, levantando las limitaciones del agua en las zonas más pobladas del país”, dijo Paneque, que consideró que se empieza a superar “la peor sequía que ha sufrido Catalunya en los últimos 200 años”.
Han sido más de tres años de sequía, que obligaron a decretar la emergencia por primera vez en la historia de la comunidad –en febrero de 2024–, y que dejan unas cuantas lecciones a la Administración y al conjunto de la ciudadanía de cara a futuros episodios de escasez de lluvias y de reservas hídricas. Algunas de ellas tienen que ver con las infraestructuras y las redes de distribución del agua, pero otras son de mayor calado y afectan al modelo económico en un contexto de creciente emergencia climática.
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